En los últimos meses, el nombre de Sensenbrenner se ha convertido en sinónimo de falta de previsión y ataques sin sentido; si a alguien se le puede atribuir la furiosa respuesta de todos los niveles de la sociedad, es a lo que él representa. No entiende que es su retraimiento y la línea dura es precisamente lo que mueve a otros a actuar en su contra y sus pocos seguidores. Llegados a este punto que el Senado ha avanzado en la curación de estas heridas, vuelve a salir (después de haberse retirado y alegar que intentó enmendar su proyecto de ley para retirar la criminalización de los inmigrantes no incentivados). En las siguientes dos piezas, muestra una vez más su verdadero yo venenoso: